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a curitas.
CURITA
28 / MAYO 22. 05
ALCOLLANA
- ALCOYANA
Últimamente
he estado observando con ojos de hipopótamo a las dulces parejitas
de tórtolos que día a día
empastan la vieja bota del Amor amoroso
y que, con sobrehumano esfuerzo, logran sacarle el tan anhelado
brillo que es la envidia de toda una bandada de gorriones mojados
que a mitad de la mañana detienen todas sus actividades para mirar
por la ventana y lanzar un profundo y ruidoso suspiro de
insatisfacción Becquertiana. Si es cierto que el amor puede hacer
de nosotros lo más cercano a un Frankenstein lobotomizado, la falta
de él no es muy auspiciosa que digamos: “...
he visto a las mejores mentes de mi generación arruinarse la vida
en noviazgos que odian para obtener emociones que no necesitan...”
Según estudios científicos, el “amor” (la producción química-cerebral
del individuo promedio ante el acto de apareamiento) sólo dura
cuatro años y no garantiza el total reestablecimiento de facultades
mentales en condiciones de operatividad luego de su utilización
(temo que esta columna sea prueba de ello). Como sea... antes de los
veinte el “enamoramiento” es inevitable; después de los veinte,
meditado; a los treinta, autoimpuesto y a los cuarenta es “cosa”
de chicos de veinte. Y está bien que sea así. Existe un momento
para sacar fotografías, otro para mirarlas y uno aún mejor, para
quemarlas. De ningún modo estoy contra el “amor” (¿puede un árbol
estar en contra de “crecer” hacia arriba?) ...Mi fastidio es más
bien contra la “idea” del amor. Me la paso escuchando a personas
que más que enamorarse quieren protagonizar una mega-producción
holliwoodense con banda de sonido y merchandise
incluido. Digámoslo de una vez: la vida es bella, si... o.k,
pero la mayor parte del tiempo es aburrida!!!
Y, por cierto, suele durar un poco más de 90 encantadores
minutos a oscuras. Pero ahí están, segundo tras segundo, a lo
largo y a lo ancho del mundo, todas
las bocas femeninas diciendo que todos
los tipos son unos “tontos” y todos
los tipos del mundo diciendo que todas
las minas son unas “huecas”. ¡Albricias! ¡Alcollana-Alcoyana! It’s
a wonderful woooooorld...
Nuestro querido amigo, Alphonse Francois Donatien (que
algo sabía acerca de las sombras que genera la luz del alma humana)
decía que en el Amor, todas las cumbres son borrascosas.
Más de una niña bien educada que se la pasa anhelado un
idilio francés
subtitulado en su “cuartito azul” de 2 x 4 rioplatense saldría
corriendo y se sumergiría sin pensarlo dos veces en una película
de los campanelli si
alguna vez le tocara vivir un Amor de “altura” como refiere
nuestro querido Marqués (pienso en todas las bocas que han
pronunciado esa palabra queriendo significar cosas tan diferentes
entre sí y es
indignante que nuestro lenguaje sea tan limitado y permita
que sub-humanos como Jorge Bucay baboseen las palabras y
conviertan un frondoso “bosque” en un insignificante
“escarbadientes”). Mmmm! Malditos simplistas. En fin.... tampoco
es para tanto. Si bien está haciendo polvo los cerebros de toda una
generación, nadie se mete en la cabeza de nadie a menos que eso sea
lo que se quiera. A veces es la salida más fácil. En el fondo creo
que todos estamos buscando a alguien para que nos diga lo que
tenemos que hacer y es lógico, fuimos educados para “acatar” órdenes.
Y son esas órdenes, esos mandatos los que nos agobian. La
“idea” del amor, por ejemplo, se ha convertido en un
“mandato” social. Echen un vistazo a las publicidades. Todo el
tiempo están bajando línea acerca del infierno tan temido de la
“soltería” llegando a los treinta y del infierno tan temido de
llegar “emparejado” a los treinta o simplemente el infierno tan
temido de llegar a los treinta. Uno no sabe para dónde correr y
todo el tiempo escucha en su cabeza una voz de conductor de
noticiero central que pone cara de búho y pregunta mirando a cámara:
¿Monógamo o promiscuo? ¿Conservador o transgresor? ¿Tonto o cool?
¿Calladito o mal educado? ...y uno termina más enroscado que una
boa constrictor intentando suicidarse gritándole al conductor de TV
que se metió en nuestra cabeza un sincero y espeluznante: ¡¡¡No
sé!!! Tomá esto, ponete esto, camina así, no mires, sonreí, no
tanto, callate, gritá, ahora llorá, ahora no, bien, mal, intentalo
de vuelta, ni se te ocurra hacerlo, te estás muriendo, sos tan
joven, apestás, sos tan viejo, qué pretendés, sos tan lindo,
cuando se te va a ocurrir algo?, sos tan feo, que vas a hacer?, Just
do it, así nunca vas a, así se debe hacer para, mirá al hijo de
fulana, copialo, por lo menos vos no sos así, ojala fueras así,
vas a terminar loquito/a, nunca te va a pasar nada, qué esperás?,
yo a tu edad, disfrutá, sos tontito/a?, qué te pasa?, geniolito,
no seas, sé, una oveja, un jim morrison, un robot, una juana de
arco, todavía estás igual?, otra vez cambiaste?, quién te
entiende?, solo/a, ...y?, no pensás? qué pensás?, ahora o nunca?,
callate la boca!!!, hablá más fuerte!!!, andáte a la mierda!, Jesús
te ama (pero no fornica), te vigilan, leé, fugate de tu casa, te
cuidan, mirá la tele, no leas, engorda como un chancho, vomitá,
nadie te quiere, te amamos, sé una puta, enamorate, cogetelas a
todas, casate, tené hijos con tu cara, abortá, hacé algo, no
hagas nada,
pero hacelo ya,
¿cómo?, No sé...
A
veces quisiera ser un Frankestein lobotomizado, un tórtolo
panzón y de buen humor, pero la mayoría del tiempo, honestamente,
no. De todos modos es un tema para meditar a la Burroughs:
irse a las afueras de Nueva Orleans con unos fardos de marihuana y
un revolver con tantas balas como segundos tiene el día y dedicarse
durante un año, pura y exclusivamente a practicar tiro al blanco. Aún
cuando sea una adaptación occidental de la arquería zen, uno debe
aprender una o dos cosas importantes durante esa estancia. Un día
lo voy a hacer. Por lo pronto, sigo fotografiando al mundo con mis
ojos de hipopótamo y me tranquilizo y me digo que cada quien haga
lo que quiera, que de eso se trata este mundo y esta
bella y aburrida vida.
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