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CURITA 20 / MAR 27. 05

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Cables de teléfono sulfatados, computadoras funcionado a modo de prueba de fallos, relojes sumergibles dando las 15:36 en el desierto australiano, japoneses comprando  prolongadores penianos y tarjetas de San Valentín, niños producidos en laboratorios dibujándose ombligos con tinta indeleble, libros estúpidos leídos por personas estúpidas, corazones inalámbricos prescindiendo del cuerpo, madres-lavaropas rezando el avemaría arrodilladas frente a un póster de Sandro, camas mal olientes usadas como borradores de poemas, pedos rosa-líquido de top model envasados y vendidos como elíxir, vestidos floreados manchados de sangre balanceándose con el viento de la mañana, cerebros enviados por correo a los programas de televisión, colillas de cigarrillos a medio terminar en las paradas de colectivos, trenes eléctricos siempre perdidos por cinco minutos, julietas primerizas chorreándose sobre el marco de sus ventanas, romeos andróginos demasiado ocupados para el arte amatorio de menos de tres estrellas, árboles creciendo indiferentemente a ambos lados de la ruta, pianos tocados con dedos de picahielos, estaciones de servicio “cerradas” las 24 hs. los 365 días del año, manos extendidas pidiendo 10 centavos para construir una bomba, perros abandonados en los patios traseros de las casas, semáforos amarillos titilando dentro de mentes en blanco, familias de maniquíes eunucos sonriendo desde las vidrieras, ropa indefinida sexualmente, perfumes de cine triple X, ciudades enfermas reproduciéndose día y noche, muros de más de trescientos años de antigüedad, ladrillos pegados sobre ladrillos, puertas blindadas con alambre de púa, bronces enmohecidos,   pintura blanca descascarada, pizzerías bilingües estratégicamente dispuestas como fachadas de reuniones nazi-aborígenes, carteles de neón quemados, afiches de bandas de rock tapados por afiches de bandas de rock tapados por afiches de bandas de rock, volantes mal impresos con las mejores ofertas del mercado lacto-aspirador: Rocio (23) tucumana fogosa ardiente. bucal compl. hasta el final 476-1986, paredes invisibles de un metro de espesor levantadas alrededor de cada individuo socialmente apto, libros amarillos sin tapas alimentado a una familia recién consolidada de ratas infecto-amigables, ballenas blancas metafísicamente improbables y maléficas nadando en círculos alrededor del planeta,  frankensteins perdidos en la blanca cima del mundo llorando por  una compañera que jamás existirá, miradas espermáticas pidiendo un abrazo y un par de caricias a las 3 de la mañana, culos gordos ejerciendo su voluntad de pequeños hitlers amanerados, manos sucias, uñas partidas, dedos comidos por gorgojos, lagañas de dos metros, aliento de hipopótamo en celo, sensibilidades inflamables bañándose en piscinas de  nafta-super, bio-guitarras afinadas con cuerdas de venas de adolescente lleno de granos, camiones de basura llevándose las bolsas de supermercado con 1.576.347.874 condones usados en toda latinoamérica, almas lobotomizadas reestablecidas para el normal desempeño de las actividades de la vida diaria, insatisfacción existencial discriminada en small, large y extra-large, ancianos auschwitzianos dibujando rayuelas en las veredas rotas, niños apoxirranados saltando sobre la palabra CIELO hasta borrarla , risas de niño drogado, risas de alzheimer casi muerto, claveles de plástico rojo de funeral pobre, hedor de rosas amarillas de reconciliación regaladas hace dos semanas, pájaros lanzándose sobre los radiadores de camiones Scania, caballitos de calesita desvirgando a nenitas soñadoras, “Queridos Diarios” repletos de dibujitos y obscenidades escritas con lápices de colores, cartas enviadas a Dios retornadas con el membrete de “domicilio desconocido”, soledad hi-fi de última generación, lágrimas racionadas para un futuro de compleja densidad emocional, una ventana vista por última vez, un hielo, dos, tres, fondo blanco, ojos rojos, el lobo riéndose por dentro, el bosque, el eterno juego de perderse, los gritos, los nuevos narcisos de principio de milenio, las horas muertas, las guitarras de jimi hendrix juntando polvo en un museo, los controles remotos manchados con dulce leche, los aeropuertos iluminados como salas de pre-parto cool, los destinos glamourosos con rebaja del 10 %, los grandes sueños dormidos sobre colchones de una plaza tirados en el piso, la piedra y la soga en el cuello de los neo-románticos de habitación, las fotografías incomprensibles con “exs”, los juegos de mesa incompletos, los peces nadando en el fondo de mar,  los espejos rotos, la sangre coagulada, los cielos estrellados, la luna en un charco,  el gran abrazo al inodoro, el vómito negro, las mañanas de nicotina, las ganas de romperlo todo,  las ganas de hacerlo todo de vuelta, la bomba sobre Hiroshima vista apretando rew y play durante una hora seguida mientras te la chupan, las nenas bobas, Bach custodiado por un ejército de ángeles, Beethoven veraneando de mala gana en Mi’Saint Tropez, una noche que dura un mes en Las Vegas, un mes que dura una vida en Mar del Plata, una vaca, dos, tres, cuatro deseos mal formulados, cinco segundos en cuenta regresiva para cada estúpida decisión, 666 nudos marineros en la boca del estómago, 70 % de pasión asexuada,  cuerpos enteros reconstruidos mensualmente con células de cocodrilo pigmeo alimentado con aloe vera, ancianos rejuvenecidos tomando coca-cola light mezclada con  prozac, Estados Adrenalínicos de Norteamérica, drogas neurológicas auto-regenerativas y codificables, paisajes tercermundistas proyectados en las escuelas suecas para asustar a los niños, argentinos resistiéndose a ser considerados sudamericanos, banderas de fútbol escritas con la sangre del adversario, dientes de tuercas oxidadas, decenas de contenedores con cd’s de cumbia for export viajando hacia las primeras colonias intergalácticas, morfina digitalizada emitida durante los picos más altos de rating televisivo, tres futuras generaciones perdidas, cielos metálicos, agua contaminada con agentes autocompasivos de control, palomas mensajeras muertas, teléfonos obsoletos, escaleras rotas, ascensores averiados, puentes derrumbados,  teletransportadores infectados, lenguas atrofiadas, idiomas reducidos a onomatopeyas.

 

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