CURITA
01 / NOV 14. 04
FOTOCOPIA
DE 10 CENTAVOS.
Hace
poco me obligué a ir a una fiesta. Una gran FIESTA: “Punchi-Punchi”.
Mi ánimo no era el que un evento de tal magnitud requería, pero de
todos modos, fui. Me tomé todo el vino que pude, me fumé un porro
y sin bañarme, salí. Hacía sólo unos días que mi
chica (el pronombre posesivo fue utilizado por ella un día antes de
viajar) había hecho 400 km para garcharse
a una persona linda (el
adjetivo también fue utilizado por ella) y mi ego era tan pequeño
que ni siquiera un microscopio podría haberlo captado. Me sentía
un TONTO. Aún me sigo sintiendo un TONTO, pero por otra cosa...
Como sea, no quería dar esa imagen patética que todo cornudo
da. Pero lo hice. Fue más fuerte que yo: “Oh! Pobre infeliz monogámico
que se creyó el cuentito del amor!”...TONTO. En fin... como
todos, yo también me había convertido en un maldito exhibicionista
de mi dolor: “Mírenme,
mírenme y luego cuéntenle a esa puta de mierda como sufro”. Also
sprach zarathustra. Así martillaba...
Ahora
que lo recuerdo, ahora que han pasado unos días y los cielos se han
sucedido sobre mi cabeza (no era para tanto, en realidad no era para
nada: toda la relación resulto ser como esos corpiños de relleno
que usan ciertas chicas poco agraciadas : parecía, parecía, pero
abajo no había nada: sólo un lindo, chato y triste cariño
de amigos por parte de ambos)
pienso en lo patético que resultan estas situaciones, en lo
degradantes y absurdas que son. Era evidente que había ido a
aquella fiesta para encontrarla. Era evidente que aún tenía
esperanzas de volver. Incluso
aún después del escape con revolcada que se había mandado hacía
sólo unos días. ¿Y qué creen? Unos minutos antes de salir para
la fiesta (yo estaba en la casa de unos amigos, por cierto, todos
emparejados con alguien) llamó y dijo a quien contestó que no sólo
no iba a ir a la fiesta sino que además se iba en ese preciso
instante a Bs. As. (!) para encontrarse con la persona linda
que les mencioné al principio. La vida suele ser, por lo general,
una muy mala novelista, pero en este caso estuvo brillante. Si ya me
sentía insignificante, en ese momento llegué sentirme un electrón
a punto de salirse de su órbita. Ya no era un TONTO, era un B-O-B-O
con flechitas de neón que se prendían y se apagaban. Obviamente
todos evitaban mirarme y yo hacia esfuerzos gigantescos por hacer
que mi cara mantuviera los ojos, la nariz y la boca donde tenían
que estar. Por suerte estaba borracho y fumado y aquello era el
sucedáneo perfecto de la bolsa de madera calzada en la cabeza con
los dos agujeritos para los ojos y uno para la boca. De la fiesta,
poco y nada. Los que consiguieron buenas drogas la pasaron bien y
los que no, pues... la pasaron. Ella se encontró con su tanguito
feroz vegetariano (yo lo
conozco y en verdad es una persona linda:
es como esos perros de raza siempre limpitos que le mueven la cola a
todos los que se le acercan y que
jamás han mordido ni morderán a nadie) y pasó un lindo fin
de semana de sexo & porro & yoga. En cuanto a mí, bueno...
fue como un regreso al hogar.
Hacía mucho tiempo que no estaba conmigo. A solas: fumo, tomo, leo,
escribo, toco la guitarra, dibujo, escucho Spinetta (kamicaze)... en
definitiva, practico el onanismo cerebro-emocional día y noche. Y
me encanta. ¿Que si la extraño..? Sí, la extraño. Era una
persona linda. ¿Qué si
quiero volver con ella? No
way... pero saben..?
Quiero pensar que nos hicimos bien, que nos embellecimos mientras
estuvimos juntos, que ambos fuimos como curitas
para nuestras vidas. Yo, por mi parte (y desafiando cualquier pronóstico
adverso) me saco el sombrero ante el AMOR (el que se escribe así,
con mayúsculas) y celebro y cerebro
su llegada y su partida. Toda esta situación me hizo replantearme
mi, digamos... ABC amoroso y si bien en un principio adopté la típica
postura del engañado (la
negación del amor, su bastardeo barato),
ahora me doy cuenta de que sí fui engañado,
pero sólo por mí. Como todos, recordé que tengo una idea acabada
acerca de cómo concibo el AMOR: de a dos, luminoso, con sonidos de
cascabeles y a 15 cm del suelo. Yo quiero
eso o nada. Una vez
tuve ese tipo de AMOR. Y fue planetario. Todo lo demás (lo que vino
después y lo que vendrá) es pura fotocopia de 10 centavos y
ejercicio horizontal.
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