|Por Makú Rodríguez|
El miércoles de la semana pasada contamos con la visita de Isaac, guitarrista y cantante de Los Negros, en nuestro programa de radio. Aproveché aquella entrevista para escuchar detalladamente el último disco de ellos. Me encantó. De movida me comprometí a ir a la Vinoteca para escuchar esas canciones en vivo. Además la fecha pintaba para bien ya que iban a compartir escenario con Buenos Vampiros y Marton Marton, proyecto oriundo de Chascomús que por primera vez pisaba territorio marplatense.
En fin, el ritual fue el mismo de todas las fechas. En realidad, esta vez fue con muchas más ansias porque mi domingo estaba muy aburrido. Domingo bastante complicado. Húmedo. Por momentos frío, por momentos caluroso. La bipolaridad climática que tanto caracteriza a nuestra ciudad. Quedé en encontrarme con una amiga por la zona céntrica para caer juntos al recital. Soy muy ansioso y diría que la impuntualidad me molesta muchísimo, así que salí temprano de mi casa.
Una vez adentro, me dirigí a la barra para pedir una botella de cerveza. La comunión recién empezaba y poco a poco me fui encontrando con mucha gente. Fuimos hacia el pasillo a relajar un poco y a fumar un cigarrillo. Lentamente la Vinoteca iba tomando color.
La primera banda en salir a escena fue Los Negros. Los tengo bajo mi ala desde el primer momento. Me emociona que por primera vez una banda de nuestra ciudad coquetee con géneros como el math rock y el emo core. Sí, hubo algún que otro antecedente math rockero en nuestra ciudad, se me viene a la cabeza Ice Friends, banda que lamentablemente no prosperó y quedó en el recuerdo de aquellos afortunados que pudimos verlos. Más allá de eso, Los Negros no se quedan únicamente en afinaciones raras y caos. Son amplios y recorren varios géneros.
Sonaron impecable. Muchos efectos y mucha reverb. Se los notó ajustados y precisos, con bastante ensayo encima. Presentaron dos canciones nuevas y tocaron (casi) todas las canciones de su nuevo disco. Una vez finalizada la presentación de Los Negros fue el turno de Marton Marton. Era la primera vez que tocaban en Mar del Plata, así que me generaron mucha más intriga.
Antes de hablar sobre su presentación, dejemos una breve descripción de Marton Marton: “Es el alter-ego solista del multifacético Martín Villulla, músico oriundo de Chascomús, radicado en Buenos Aires, y co-fundador del sello discográfico Lagunera Discos. En 2017 sacó a la luz su primer álbum solista: La Película Que No Te Has Montado, y desde entonces no detiene su producción tanto en vivo como en el estudio. Con un cuidado trabajo sonoro y la aparición de un nuevo género canción, sus temas desarrollan una marcada identidad poética y conceptual”
Me gustaron muchos los climas creados por Marton Marton. Su música es suave, tranquila y sin mucha exasperación. Crearon una atmósfera de alto vuelo y eso estuvo excelente. Más que nada para alivianar un poco el ambiente. Los Negros también nos habían llevado a volar, pero de una manera mucho más turbulenta. Fue un buen debut de Marton Marton en nuestra ciudad.
Al ser domingo creo que la fecha se me pasó volando. Cuando me quise dar cuenta ya era como la una de la mañana y la velada estaba llegando a su fin. Los encargados de cerrar la velada fueron los Buenos Vampiros. Ahora sí, la vinoteca se tiñó de negro.
Mucho New Order y mucha oscuridad. La propuesta de Buenos Vampiros me parece muy interesante. Así como al principio destaqué a Los Negros por jugársela por el math rock y las afinaciones extrañas, banco mucho a Buenos Vampiros y sus ganas de hacer post punk. Si bien hoy por hoy definirse es limitarse, siento que ambos géneros aún no han sido explotados en nuestra ciudad. Es por eso que celebro plenamente a las bandas que se la juegan por algo nuevo.
Buenos Vampiros llama la atención desde lo sonoro hasta por lo estético. Tienen una imagen bien definida arriba del escenario. Además se nota muchísimo el crecimiento musical que han tenido y como mejoraron desde que comenzaron a tocar. También los noté bien aceitados y seguros de sí mismos arriba de las tablas. La Vinoteca estaba oscura y las siluetas del público jugaban a la perfección con la música de Buenos Vampiros.
Fue un recital bastante corto, la presentación de la última banda no habrá pasado los 40 minutos. Igualmente estuvo bien. Fue lo justo y necesario, más teniendo en cuenta que era domingo. Se cerró el telón y los Buenos Vampiros se bajaron del escenario. Encaré a la puerta decididamente y rápidamente dejé la Vinoteca para volver a casa y sumergirme en la oscuridad dominguera.